domingo, 3 de junio de 2007

Acaso ocaso





El Temblor de la niñez
su miedo
resuena en los ecos del pasado
o mejor, desde ellos.
Se filtra en el alma
como una interminable fila en procesión
de vientos helados
se filtra
como dolor que congela el alma

Hay un canto, quedo y lejano
que llora la ausencia
de la vida que se fue,
que llora la presencia
de la que ahora no queda
Es el lamento del des-lugar
del des-amparo

Las lágrimas de sangre se revierten
y la mano que ya no implora
es el principio de lo que muere
es la victoria del cruel asesino

Niño, ¿dónde está mi niño?
¿acaso alguien lo ha visto?

Acaso,
¿He de buscarlo en el reino subterráneo
aquel mundo,
en donde las paredes de las casas son tan viejas
que son capaces de hablar?
Acaso,
¿He de buscarlo en lo profundo del bosque
aquel bosque
en donde los insectos cantan tan fuerte
que se convierten en estrellas?

Tan solo una mirada cómplice he encontrado
y es apenas una promesa
pues entre ella y yo se interpone un secreto
que teme por la verguenza

Acaso...

Babel label


En el principio de los tiempos
cuando no eramos presos
de nuestro propio lenguaje
eramos capaces de reir...

reiamos para enamorar,
reiamos para pensar,
reiamos para solucionar
nuestros conflictos

eramos capaces de sacar a bailar
al más sucio de los odios
tan solo riendo

En el principio de los tiempos
cuando el número no era código
capaz de despertar bombas
y adormecer a los sabios
nos reuníamos en la noches
para contarnos historias
para escuchar...
eso que hoy nos parece es el silencio

En el principio de los tiempos
cuando aún no nos deslumbrabamos
con el espectáculo virtual
que todo lo desvirtúa
los hombres y las mujeres
danzabamos al desnudo
sobre la paz que es faz
armonía de la madre tierra

danzabamos, sin reparo
cantabamos sin pudor

En el principio de los tiempos
cuando no sabiamos de Dios ni religiones
lo sagrado habitaba cada arbol
cada estrella, cada gota
cada suspiro, cada minuto
cada promesa, cada duda
cada palabra, cada silencio...

Pero el diablo es sucio y también sabio
porque es viejo como el tiempo
y le mostró al hombre aquel rostro tan familiar
ese rostro fugaz pero escalofriante...
El diablo descubrió el rostro del temor

La tierra tembló
la manzana fue perdición
las lenguas habitaron en babel
la faz diluvió
el templo se derrumbó
el cuerpo se llenó de mácula
y por fin...
el séptimo sello se abrió

sábado, 2 de junio de 2007

Mandala detenido



Ahora mismo ni te veo,
me pierdo en las blancas playas de tu mirada...
pienso en lo que pudiste haber sido, ...tú también
tú, otra de mis realidades,
que algún oportuno cantante asumió como propia.
Tu y yo, mi querido viejo
quizás tu y yo pudimos haber hecho historia
en esos registros que marcan la piel,
en esos planos ocultos de la memoria.

Quizás tu y yo nunca debimos habernos conocido
por lo menos, en esta vida
Pero apareciste, te dibujaste, te delataste
tu que siempre pasas, tu que nunca permaneces
pero que siempre cambias, y con tu cambio... todo lo cambias,
tiempo traicionero.

Sabes bien, que siempre luche contra tí,
como se lucha contra cualquier fantasma
pero aún hoy sigo jugando a arañarte,
pues aún hoy
no reseuelvo el acertijo
de lo que esta vida es, de lo que tu sueño significa.

Ante mí se levantan puentes, la música me trasporta
la música... esa que me pone ante el difuso altar de tu nacimiento

Mi mejor droga, mi más oscuro farmaco
es mi propia mente, ese es mi poder
mi lucidez; en tanto brindo :
"por él, con él y en él"
en medio de voces y tragos
que se mantienen bebibles
bajo el hielo adormecedor
de la desmemoria

Alguna vez lo ví todo claro
lo ví todo al lado de la laguna
tu estabas sentado frente a mí
y fue la única vez que pude mirarte a los ojos
tus ojos, tiempo
esos que pocos recuerdan

Pero pasaste
de repente te convertiste en mi enemigo
y me heriste con la saeta envenenada del olvido
Sabes bien, que siempre luche junto a tí
y que bastaba con una mirada para derrumbar los puentes
puentes que ahora cruzo caminando sobre mis dedos
y que se parecen mucho al maniaco laberinto

Algún dia,
algún dia,
de esta vida
antes de que llegue el día cero
llegará el día, mi querido tiempo
en que por fin
te desprendas de mis uñas
de mi suspiro
y de mi olor
ese día
serás mi propio nacimiento.

Omnia tempus habent