domingo, 3 de junio de 2007

Acaso ocaso





El Temblor de la niñez
su miedo
resuena en los ecos del pasado
o mejor, desde ellos.
Se filtra en el alma
como una interminable fila en procesión
de vientos helados
se filtra
como dolor que congela el alma

Hay un canto, quedo y lejano
que llora la ausencia
de la vida que se fue,
que llora la presencia
de la que ahora no queda
Es el lamento del des-lugar
del des-amparo

Las lágrimas de sangre se revierten
y la mano que ya no implora
es el principio de lo que muere
es la victoria del cruel asesino

Niño, ¿dónde está mi niño?
¿acaso alguien lo ha visto?

Acaso,
¿He de buscarlo en el reino subterráneo
aquel mundo,
en donde las paredes de las casas son tan viejas
que son capaces de hablar?
Acaso,
¿He de buscarlo en lo profundo del bosque
aquel bosque
en donde los insectos cantan tan fuerte
que se convierten en estrellas?

Tan solo una mirada cómplice he encontrado
y es apenas una promesa
pues entre ella y yo se interpone un secreto
que teme por la verguenza

Acaso...

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Omnia tempus habent