viernes, 9 de mayo de 2014
Botellas al Mar
Hay momentos, en la relaciones, en los nexos... que las comuniones se distancian, se vuelven tenues.
las causas quizás sigan siendo inciertas, tan inciertas como es adentrarse al mar
camino misterioso que muy posiblemente puede ahogar cualquier razón.
Los naufragos, aquellos que han contado con suerte,
que han vivido para contarlo,
relatan historias traídas de los cabellos y más adentro, de la alucinación...
historias que pocos creen, porque al mar y a la selva es difícil sobrevivir.
Conozco un naufrago, del otro lado del mar,
que vive solo, en una isla...
solo pero no olvidado, porque él siempre recuerda
él no tiene algo qué relatar porque nadie hay para escucharlo
entonces, lo que hace cada mañana
despues de meditar horas frente al mar
es inventarse una nueva cepa de vino, para luego beberlo
no le importa embriagarse
lo que le interesa es esa botella
que pueda ser continente de su aliento
de su mensaje
que precipitadamente sella con un corcho
para luego arrojarla al mar...
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