Me voy al viejo nuevo mundo
por un puñado de esas palabras...
tontas palabras que como chorlitos
se me escaparon de las manos
para lanzarse a la locura del mar.
Me voy, y si acaso no vuelvo
es porque lo encontrado en sus despojos
no fue suficiente para inventar
la primera puntada que un viejo sabio
puede llegar a dar.
Amigas Palabras, amigas Aves
cuanta insensatez hace falta
para quebrar las seguridades
de jaulas que parecen ramas
de perlas que no son más que hez.
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