lunes, 3 de diciembre de 2012



«Has estado leyendo a Byron recientemente y has subrayado los párrafos que exaltan aquellos sentimientos que se asemejan a los tuyos. Encuentro trazos del lápiz debajo de todos aquellos versos que revelan un temperamento irónico, pero apasionado; una impetuosidad semejante a la de la polilla que se lanza sin vacilar contra la dureza del vidrio. Al pasar la punta del lápiz por aquí, pensabas:
«También yo arrojo la capa así, también yo chasqueo los dedos ante el destino.» Sin embargo, Byron no preparó jamás el té como tú lo haces, llenando de tal modo la tetera que el agua se desborda cuando colocas la tapa y forma sobre tu mesa una laguna parda que corre entre tus libros y papeles. Ahora lo secas torpemente con el pañuelo que has sacado del bolsillo. Y después te vuelves a meter el pañuelo en el bolsillo. No, éste no es Byron. Este eres tú. Este es tan esencialmente tú que si algún día dentro de veinte años pienso en ti, cuando los dos seamos famosos, con gota e inaguantables, te veré en esta escena. Y si has muerto ya, lloraré."
Las Olas (Fragmento)
Virginia Woolf

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Omnia tempus habent